Will post translated this new about Promoter in Bilbao 2003, Jose Angel Serrano, he said, "The Stones for Bilbao concert 2003 ask for common sense, they didnt demmand nothing imposible"
In this article the Promoter for Bilbao, remembering his anecdotes....
Coming soon.....
Carlitos
Tenerife
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JOSÉ ÁNGEL SERRANO | PROMOTOR DEL CONCIERTO DE BILBAO EN 2003
«Los Stones piden sentido común: no exigieron nada imposible»
El responsable de la productora que trajo a la banda británica a Bilbao en 2003 rememora los entresijos de su colosal montaje
ARTURO GARCÍA/
Serrano, con el cartel del concierto de Bilbao en 2003. [PEDRO URRESTI]
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En la promotora bilbaína Serrano Producciones vivieron la experiencia Rolling Stones por partida doble. Primero, con la suspensión del concierto del 98 por una afonía de Jagger, espina que se sacaron en 2003 cuando los Stones pusieron boca abajo San Mamés. José Ángel Serrano, responsable de la promotora, recuerda para DV los momentos y peripecias que el circo Stones arrastra.
-¿Cuánto tarda uno en recuperar la normalidad tras un concierto de los Rolling Stones?
-Cuesta volver a la normalidad tras una vorágine semejante. El primer pensamiento es que te parece estar como volado. Y recordándolo todavía me pasa.
-¿Como alguien dijo 'cada vez que recuerdo aquella gira, me coloco'?
-Para esta oficina el concierto de los Rolling supuso un año de trabajo. Y más en un estadio sin experiencia en este tipo de espectáculos, cosa que no ocurre con Anoeta. Hubo que aforarlo, abrir puertas de seguridad. Lo mejor fue que hubo 38.500 personas y cero incidentes.
-¿Cuál fue el peor momento?
-Dos horas antes de empezar. Te paras a pensar lo que puede suponer cualquier cosa que se tuerza. Pero fue toda una lección. Hay que recalcar que la gira del 40 aniversario que vino a Bilbao era la más gorda que habían hecho nunca en su historia. Estamos hablando de unos 80 trailers, 100.000 toneladas de peso, unas pantallas de 21 metros de altura, un escenario de otros 24, 250.000 vatios de sonido.
-Palabras mayores...
-En aquella gira los Stones movían tres escenarios, el nuestro era el verde y en cuanto acababa, medidos los minutos, había que salir hacía la próxima producción. La potencia de sonido que traen permite oir a dos manzanas de distancia de forma nítida.
-Y ellos, ¿cómo se comportan?
-Increíblemente profesionales. Una de las primeras cosas que nos transmitieron y que recalcaban era: 'sentido común'. Todo lo que aparece en sus exigencias es importante mientras sea posible. Si no se puede hacer, no te lo exigen. Siempre y cuando des razones, no vas a tener con ellos o con su troupe ningún problema. Es muy, muy fácil trabajar con esta gente: son los números uno.
-¿Hasta qué punto?
-Está todo perfectamente especificado, tienen un sistema brutal. Ellos se encargan del catering, tú no haces nada. Viajan con un dietista, que llegó a la ciudad una semana antes. Se recorrió las tiendas especializadas de la ciudad para comprar determinadas marcas de comidas, la mayoría inglesas, salsas, productos, mucha vegetariana, no sólo para el grupo sino para su crew. Todos los productos de la máxima calidad y los más caros.
-¿Cree que queda espacio para el rock'n' roll en un montaje así?
-Es que la clave es la magia. Cuando todo empieza a sonar sientes sobre ti las consecuencias, pero estamos hablando de la banda más importante del mundo dirigiéndose a ti, oyendo los primeros acordes de Richards o a Jagger hablar en euskera.
-¿Recuerda qué dijo?
-Mick tuvo en cuenta la suspensión del 98 y cuando salió se dirigió al público: 'gabon Bilbo, azkenik hemen gaude'; sólo eso recompensaba por todo el esfuerzo.
-¿Cómo resultó aquel cursillo acelerado de euskera?
-Cada vez que alguien toca en Euskadi se lo decimos. A ellos les transmitimos lo adecuado de dirigirse al público en euskera.
-¿Y qué pasó?
-Se lo comentamos a quien les traía desde el aeropuerto y Jagger, que es quien se dirige al público, estuvo siempre encima y nos llamó al camerino.
-¿Qué se siente al entrar?
-A nuestra responsable le temblaba hasta lo que no tiembla. Es una persona en absoluto mitómana pero pesa.
-¿Cómo se comportó Jagger?
-Preguntó, sacó una lista con siete frases que suele decir cada vez que va a un país de una lengua distinta al inglés. Sacó una grabadora para registrar el tono fonético y además él iba escribiéndolas. En la grabadora decía, 'más agudo, más grave, más despacio', sólo quería conocer los ritmos.
-¿No estuvieron con el resto?
-Cada uno tiene su camerino pero lo que ví es que la concentración en que entra cada uno es brutal. En dos horas, hay que tener en cuenta la edad que tiene esta gente, parece que tengan 20 años. Tienen un salón grande donde se juntan, pidieron una mesa de billar de una modalidad inglesa y siempre son muy considerados con la gente de producción de cada lugar. Todos viajan con su familia, niños.
-¿Educación británica?
-Son conscientes de que hay que apoyarse unos en otros para sacar algo así adelante.
-¿Qué hay en los camerinos?
-Donde Mick Jagger, un sofá y dos sillones. Ellos traen todo el mobiliario y la decoración. Nosotros en el camerino sólo pusimos el espacio físico, el resto lo decoró uno de los hijos de Ron Wood, que tiene en Londres una tienda de antigüedades. En aquella gira toda la decoración era en tonos negros y de leopardo.
-¿Anécdotas?
-Jagger a la media hora de darle las frases en euskera y de escucharlas en la grabación, nos llamó para que le pusiéramos nota a la pronunciación.
-¿Hay algo que sirva para resumir una experiencia así?
-Su productor, Jake Berry lo resume a la perfección: «Es imposible hacerlo más grande que ellos. Los Stones son como un gran reserva: su sabor mejora con los años».